Recursos energéticos no renovables y su importancia tienen en la transición energética

Autora: Maria C. Blanco

Desde tiempos prehistóricos los recursos naturales han sido aprovechados por el hombre para satisfacer sus necesidades de subsistencia tales como alimentación, salud; también, necesidades económicas y de ocio. Actualmente, estos se han convertido en una fuente de vida y desarrollo de las civilizaciones en el mundo.

De acuerdo a la disponibilidad en tiempo, tasa de generación (o regeneración) y ritmo de uso o consumo, los recursos naturales se clasifican en renovables y no renovables. En esta artículo hablaremos de los recursos naturales no renovables, de los cuales el hombre obtiene la energía para desarrollar sus actividades diarias, los tipos de la energía ya mencionada, su uso y su papel en la transición energética.

Para iniciar, es necesario remitirnos a la definición formal de estos conceptos. Los recursos no renovables son recursos naturales que no pueden ser producidos, cultivados, regenerados o reutilizados al mismo ritmo en que se consumen. ​Estos recursos frecuentemente existen en cantidades fijas ya que la naturaleza no puede recrearlos en periodos de tiempo corto. En resúmen, los recursos no renovables, son aquellos elementos que ofrece la naturaleza, y que no pueden reponerse en la medida en que la humanidad lo necesita. Es decir, que se dispone de cierta cantidad y que una vez agotados por el consumo, no habrá más disponible para su uso futuro.Los recursos no renovables, suelen formarse a través de procesos que tardan miles de millones de años, se encuentran distribuidos sobre la superficie de la tierra y en el subsuelo, y comprenden los denominados recursos geológicos energéticos y minerales

La obtención de energía, desde siempre ha sido un proceso fundamental en la vida de los seres humanos pues se requiere para desarrollar la mayoría de las actividades que realizan diariamente. Es así como podemos generar energía eléctrica para encender las luces de las bombillas y todos los electrodomésticos de nuestras casas. Con la energía también nos transportamos en vehículos y aviones, encendemos fábricas que producen nuestros alimentos, incluso se requiere de energía para obtener más energía.

Así mismo, las fuentes de energía, son la sumatoria de los recursos existentes en la naturaleza, de los cuales las personas pueden obtener energía y se dividen fundamentalmente en dos grupos: renovables y no renovables.

Las energías no renovables o convencionales, son aquellas cuyas reservas son limitadas y, por tanto, disminuyen a medida que se consumen. A medida que las reservas son menores, es más difícil su extracción y aumenta su coste. 

Dentro de las energías no renovables encontramos los combustibles fósiles. Estos se forman a partir de materia orgánica sometida a altas temperaturas y presión durante millones de años. Algunos ejemplos de recursos energéticos no renovables son:

El carbón, un combustible fósil que resulta de una serie de transformaciones a las que son sometidos restos vegetales acumulados en lugares pantanosos, lagunas y deltas fluviales, hace millones de años. Este mineral de origen orgánico se constituye fundamentalmente por carbono y su uso energético se realiza en las centrales térmicas o termoeléctricas para generar electricidad (su vapor puede alcanzar una temperatura cercana a los 600 ºC), como combustible doméstico e industrial y como reductor en la siderurgia. Hay quienes dicen que el carbón tiene los días contados, todo por el compromiso de la comunidad internacional contra el cambio climático y los acuerdos de París que buscan reducir las emisiones de carbono, sobre todo de dióxido de carbono (CO2), a la atmósfera. Sin embargo, se prevé que el carbón seguirá siendo protagonista en sectores como el de la siderurgia.

El petróleo, se origina a partir de una materia prima formada fundamentalmente por restos de organismos vivos acuáticos, vegetales y animales. Una de las aplicaciones más importantes del petróleo es su utilización como materia prima en toda la industria petroquímica. El 60% de los productos químicos que se encuentran en el mercado y el 80% del sector orgánico proceden de la petroquímica. Abonos, plásticos, anticongelantes, detergentes, cauchos sintéticos, colorantes, explosivos, fibras plastificantes, disolventes son productos obtenidos a partir del petróleo. 

Aunque el mundo está embarcado en su proceso de transformación energética para depender cada vez menos de los combustibles fósiles, los expertos han dejado claro que el petróleo continuará desempeñando un papel muy importante a corto plazo. Lo que sí es cada vez más evidente es que mientras el uso del petróleo se mantiene constante, los países de todo el mundo cada vez usan más gas y menos carbón.

El gas natural, un combustible de origen fósil, que consiste en una mezcla de hidrocarburos ligeros compuestos principalmente por metano, nitrógeno, dióxido de carbono y etanol. Se localiza en el subsuelo o bajo el mar, y debe pasar por una doble transformación desde su extracción hasta su posibilidad de uso efectivo. En el sector de la energía eléctrica, es uno de los que utiliza gas natural para generar electricidad y producir una producción térmica útil. Así mismo, el sector industrial lo utiliza como combustible para procesos de calentamiento, en sistemas combinados de calor y energía, como materia prima para producir químicos, fertilizantes e hidrógeno, y como combustible. Además, el sector residencial lo utiliza para calentar edificios y agua, cocinar y secar ropa. También, el sector comercial, lo utiliza para calentar edificios y agua, operar equipos de refrigeración y enfriamiento, cocinar, secar ropa y proporcionar iluminación exterior. Sin dejar de lado el sector del transporte, que utiliza gas natural como combustible para operar compresores que mueven el gas natural a través de tuberías y como combustible para vehículos en forma de gas natural comprimido y gas natural licuado. 

Actualmente, el gas natural es considerado elemento clave en la transición energética, ya que produce menos gases de efecto invernadero que otros combustibles fósiles. También se quema de forma más eficiente y limpia, sin producir compuestos de azufre o partículas. Sus riesgos de explosión son mínimos y no requiere procesamientos previos ni posteriores y como lo mencionamos previamente, sus ámbitos de aplicación son muy variados y en todos ellos podría sustituir la gasolina, el carbón, el gasóleo, el propano o el diésel.

BIBLIOGRAFÍA

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