Erupciones volcánicas: geoamenazas

Autora: María Camila Blanco

La Tierra es hasta el momento el único planeta conocido con las condiciones adecuadas para el desarrollo de la vida tal cual la conocemos. A pesar de esto, allí ocurren diferentes fenómenos naturales que pueden representar amenazas para nosotros los seres humanos.

El movimiento de placas tectónicas que constituyen la capa más externa de la Tierra se expresa en la superficie mediante vibraciones que en algunas ocasiones pueden ser imperceptibles, en otras pueden llegar a provocar el colapso de ciudades enteras. Las concentraciones locales de calor en el subsuelo se manifiestan a través de erupciones volcánicas las cuales pueden generar contaminaciones en la atmósfera que afecta la salud de las personas, e incluso pueden ocasionar avalanchas, estos son algunos de los procesos geológicos que representan una fuente continua de amenazas para las personas.

El término amenaza geológica hace referencia a procesos o fenómenos naturales que pueden causar pérdida de vida o daños materiales, interrupción de la actividad social y económica o degradación ambiental. En esta sección hablaremos sobre los volcanes, qué son, cómo se forman y las implicaciones que este tipo de amenaza geológica puede representar para la vida de los seres humanos mencionando algunos casos de erupciones volcánicas conocidas en el mundo.

¿Qué son y cómo se forman los volcanes?

Un volcán es una fisura de la corteza de la Tierra, un tipo de estructura geológica por la cual emerge magma proveniente del interior de la Tierra. El ascenso del magma ocurre en episodios de actividad violenta denominadas erupciones volcánicas la cuales pueden ocurrir mediante suaves flujos de lava hasta explosiones extremadamente destructivas. Por lo general los volcanes se forman en los bordes o límites de las placas tectónicas.

Recordemos que la capa más externa de la Tierra, la corteza terrestre, está compuesta por diferentes placas tectónicas que son como fichas de rompecabezas. En ocasiones estas fichas se solapan unas con otras. La ficha más pesada se hunde y por efecto de la gravedad se desliza bajo la más liviana. El contacto entre ellas produce estrés y aumentos de temperatura que generan el derretimiento de la placa más pesada, la que se hunde. De esta manera las rocas que componen dicha placa tectónica, se convierten en magma al cambiar de estado sólido a líquido. Al cambiar de estado sólido a líquido, la roca fundida se vuelve más liviana. Al ser menos pesado, el magma asciende hacia la superficie abriéndose camino a través de la placa tectónica que se encuentra inmediatamente encima.

Frecuentemente, la corteza terrestre sobre la zona donde se hunde una placa por debajo de la otra está demarcada por volcanes y suturas en la corteza conocidas como fallas geológicas. En algunas ocasiones, la energía que se acumula por efecto de la fricción entre las placas es liberada produciendo movimiento a lo largo de las fallas. Estos movimientos son conocidos como terremotos.

La zona de vulcanismo y terremotos, que involucra varias placas tectónicas se manifiesta en América Latina por la Cordillera de los Andes y su extensión hacia América Central y México, rodea virtualmente el Océano Pacífico y es conocida como «El Anillo de Fuego».

Tipos de Volcanes

Los volcanes se clasifican por el tipo de forma y por el tipo de actividad o de erupción que presentan. Por otra parte, este tipo de clasificaciones no es exacta y un mismo volcán puede combinar diferentes formas, así como presentar cambios en la modalidad del tipo de erupción. Los volcanes se clasifican: Volcanes compuestos o estratovolcanes, Calderas, Volcanes en escudo, Domos de Lava, Conos de ceniza y escoria.

Los estratovolcanes son grandes estructuras volcánicas, con forma cónica y un cráter o abertura central. Se caracterizan por erupciones explosivas causadas por la viscosidad de su magma. La viscosidad es la resistencia que poseen algunos líquidos a deformarse o fluir. Cuando el magma es muy viscoso, sube a la superficie, obstruyendo el orificio del cráter. Esto impide la salida del gas y queda atrapado. La presión aumenta y resulta en una erupción explosiva.

El monte Vesubio es un estratovolcán activo situado frente a la bahía de Nápoles y a unos nueve kilómetros de distancia de la ciudad de Nápoles. Es famoso por su erupción del 24 agosto del año 79 d. C., en la que fueron sepultados varios núcleos urbanos, entre ellos las ciudades de Pompeya y parte de Herculano. Tras aquel episodio, el volcán ha entrado en erupción en numerosas ocasiones. Está considerado como uno de los volcanes más peligrosos del mundo, ya que en sus alrededores viven unos tres millones de personas, y varias de sus erupciones han sido violentas; se trata de la zona volcánica más densamente poblada del mundo. Además, es el único volcán situado en la parte continental de Europa que ha sufrido una erupción en el siglo XX. Los otros dos volcanes italianos que han entrado en erupción en las últimas centurias se encuentran en islas: el Etna en Sicilia y el Estrómboli en las islas Eolias.

En Colombia están dos de los volcanes más peligrosos del continente suramericano.

El Volcán Galeras, ubicado en el departamento del Nariño al sur de nuestro país, es el que presenta un mayor registro histórico de actividad con constantes expulsiones de humo y ceniza y está catalogado como un estratovolcán. A partir de 1988 se tiene registro de que este Volcán presenta varias actividades eruptivas con pequeñas expulsiones de cenizas y piroclastos. El 14 de enero de 1993 el Galeras cobró la vida de nueve científicos que recogían muestras de gases en el cráter, como parte de las actividades del Taller Internacional sobre el Complejo Volcánico Galeras. Debido a su constante actividad, el Gobierno colombiano ha considerado la reubicación de la población que vive en zonas aledañas al volcán.

El segundo volcán más peligroso de nuestro país es el Nevado del Ruiz en el departamento de Caldas. Según el Servicio Geológico Colombiano, el volcán del Ruiz, con 5.364 metros de altura, presentó su primera erupción hace 1,8 millones de años y, a partir de esa fecha, presentó una actividad sísmica constante con emisiones de ceniza. En noviembre de 1985 este volcán hizo erupción y produjo el segundo desastre volcánico más mortífero del siglo XX en el mundo: la explosión generó una avalancha que arrasó con el pueblo de Armero donde murieron aproximadamente 25.000 personas, otras 5.000 resultaron heridas y cerca de 5.000 hogares quedaron destruidos.

Para mitigar los riesgos que este tipo de amenazas geológicas representa para nosotros los seres humanos, es necesario realizar los estudios geológicos pertinentes y caracterizar bien estas estructuras y así tomar las medidas necesarias que permitan evitar la pérdida de vidas.

Factores Naturales

Veamos cómo el clima, la topografía, la composición de las rocas y suelos y la actividad sísmica son los principales factores naturales que favorecen el desarrollo de movimientos en masa.

  • El clima: La saturación de suelos por efecto de las lluvias cambia las propiedades del mismo y hace que pierda cierta resistencia.
  • Topografía: Hace referencia a la forma de la superficie terrestre, pues los movimientos en masa son más comunes en terrenos con fuertes inclinaciones.
  • Composición de rocas y suelos: La composición mineralógica, el tamaño de partículas, el grado de fracturamiento y descomposición de rocas y suelos determinan la resistencia. En consecuencia, de acuerdo a estas propiedades hay materiales que son más susceptibles a desarrollar movimientos en masa.

Actividad sísmica: La interacción entre placas tectónicas ocasiona movimientos en la corteza terrestre que altera el equilibrio de los materiales como rocas y suelos, además de activar fallas geológicas y favorecer el desarrollo de movimientos en masa.

BIBLIOGRAFÍA

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